Existen diferentes
terapias alternativas que te ayudaran a evitar los típicos dolores o molestias del embarazo. Es muy importante que antes de empezar alguna actividad física consultes a tu médico quien aprobará o no esta práctica.
Tu médico será el mejor consejero a la hora de elegir el tipo de terapia que puedes realizar y cual es la mejor para cada una de las etapas de gestación. En ningún caso se recomienda empezar una terapia de este tipo a una mujer de embarazo de riesgo, por ejemplo, o con una amenaza de parto o bien con una placenta previa o rotura prematura de la bolsa.
Reflexoterapia
Esta terapia tiene sus orígenes en la
acupuntura china y, por medio de la presión en las plantas y dorso de los pies, se activa y regenera los órganos del cuerpo. La reflexoterapia puede realizarse también en las manos, orejas y algunos puntos de la cabeza y del rostro.
Durante la sesión el especialista localiza los órganos que se encuentran desequilibrados y trabaja las zonas relacionadas con éstos, restableciendo el equilibrio.
Beneficios de la reflexoterapia: además de provocar un estado de
relajación profunda y calmar la ansiedad, activa los procesos internos de autocuración del cuerpo. Puede realizarse a partir del tercer mes de embarazo y trata los mareos, el cansancio, el estreñimiento, el dolor de espalda, de cabeza y la retensión de líquidos.
Contraindicaciones: siempre que lo realice un terapeuta experto no provoca efectos dañinos, pero es aconsejable que conozca bien la historia clínica de la mujer embarazada antes de empezar el tratamiento.
Yoga prenatal
El
yoga es una disciplina de origen indio que trabaja el cuerpo, mente y espíritu. Combina la realización de posturas o asamas con técnicas de respiración, relajación y ejercicios de meditación. En el embarazo puede realizarse a partir del primer trimestre.
Beneficios del yoga prenatal: además de resultar muy relajante, prepara el cuerpo y la mente de la futura mamá para el momento del parto y ayuda en el contacto entre ambos.