El
cáncer de hígado puede ser la principal forma de cáncer, lo que significa que el cáncer comenzó en las células del hígado, o puede ser producido por metástasis lo que indica que el cáncer inició en otro órgano y llegó hasta el hígado. La edad media de diagnóstico para este
tipo de cáncer es de los sesenta a setenta años.
El cáncer de hígado es más frecuente en hombres que en mujeres. Hay una serie de síntomas asociados con el cáncer de hígado, algunos de los síntomas más comunes son la
hinchazón estomacal y sensación de llenura sin razón aparente, debilidad, fatiga y fiebre de origen desconocido son también
signos del cáncer de hígado, así como un dolor agudo en la parte superior del abdomen, este dolor también puede extenderse a los hombros y a la espalda; la
anorexia también es un síntoma común del cáncer de hígado, ya que se experimenta la pérdida de apetito, vómitos y náuseas.
Los
síntomas del cáncer de hígado pueden ser diferentes en los pacientes que tienen
cirrosis, La cirrosis hace que los síntomas aparezcan rápidamente. Las personas con cáncer de hígado que no tienen cirrosis, no observan los síntomas del cáncer hasta que no se encuentra avanzado en las
etapas del cáncer. A medida que el tumor del cáncer de hígado se hace más grande, la persona afectada comienza a sentir dolor en su espalda, la hipertensión y la ictericia, que se caracteriza por tener la piel y la parte blanca del ojo de color amarillo, también son síntomas.
Con el fin de
diagnosticar el cáncer de hígado, el médico debe tomar una tomografía computarizada (TC), un radioisótopo de exploración, o un análisis de la
arteria hepática. La mayoría de los pacientes están en las
etapas avanzadas de cáncer de hígado antes de que éste se diagnostique. En esta etapa, el cáncer por lo general, ha atacado a otros órganos como el cerebro, los pulmones y el sistema linfático. Las personas con cáncer de hígado que no reciben tratamiento tienen una esperanza de vida de tres a cuatro meses. Los que reciben tratamiento suelen vivir de seis a dieciocho meses, si la
cura para el cáncer utilizada tiene éxito, la enfermedad puede ser tratada.