Los miedos y dudas siempre nos acompañan a lo largo de nuestras vidas. Mientras más adultos nos hacemos, más miedo a los "resultados" de nuestras decisiones tenemos. Cuando tenía 12 años no solía pensar más de dos veces para tomar una decisión. Tomaba el camino más comodo o el más divertido. Antes de eso, las disyuntivas ni siquiera existian. No habian opciones. Sino dependía de mi padres todo los caminos dirigian SIEMPRE a lo que en ese momento me hiciera feliz. Hoy...por el contrario, las dudas, miedos y reflexiones sobre las consecuencias de mis acciones, incluso aquellas situaciones sencillas, son antecedidas por un breve o extenso (dependiendo el caso): momento de decisión. Ya comprarme un helado viene acompañado (en mi caso que ando disque en dietas) del: Ahh..las calorias...ahh que si engorda. O ir a una fiesta: Ahh...que venir tarde sería peligroso. Esto en mi pasado ni lo pensaba. Sólo actuaba. Y en el amor es que es grande la cosa. Ya no sólo se busca estar con el chico que te despierte maripositas. Sino tambien asegurarse de que ese chico en cuestión sería un buen prospecto para familia. Que si trabaja, estudia, antecedentes medicos o criminales. Como es la familia o si simplemente comparten la misma fe. Todos esos pequeños detalles que antes (15 ó 20 años) te parecian irrelevantes, ahora son puntos a tomar en cuenta para hacer pareja. Será que ese tanto analizar, escarvar, ponderar la vida, nuestro presente y nuestro futuro es lo que hace precisamente la vida adulta un tanto aburrida y estresante? Yo pienso que si. Pero como evitarlo?
Esto lo extraje de mi Blog y quise compartirlo con ustedes...