Y el cinexin, me lo dejaban de vez en cuando, pero siempre veía las mismas películas, por que no me compraban mas,

lo malo que para colmo un día vinieron unos primos y me lo dejaron para que lo vieran y yo lo utilizaba con todo el cuidado del mundo, me dijo mi primo que se lo dejara y le dije que no, que solo lo utilizaba yo y a mala ostia me lo rompió.

Mi madre se puso echa una fiera y le dije que yo no había sido que había sido mi primo por que quería que se lo dejara y le dije que no porque era el único juguete que me dejaban de vez en cuando, pero pero mi madre no me creyó y la que se llevo los palos con la zapatillas fui yo y el se salvo.





Me encantaban, pero solo las podía tocar cuando la limpiaba una vez al año, las tenia colgadas en una pared, en frente de mi cama. Solo las podía ver, pero no tocar.