Una operación de nariz cerrada es un tipo de cirugía estética en la que se realizan los cambios y el mejoramiento de la forma de la nariz sin dejar
cicatrices en la parte externa de la nariz. En la mayoría pero no en todos los casos, este
tipo de operación de nariz se realiza para fines cosméticos.
Una de las ventajas clave de una
operación de nariz cerrada es que hay menos riesgo de cicatrices visibles, ya que las incisiones se hacen dentro de la fosa nasal. Una de las desventajas de tener este tipo de
rinoplastia es que limita al cirujano plástico que realiza el procedimiento. Hay muchas formas en las que un cirujano plástico puede dar forma a la nariz durante una
rinoplastia cerrada, una de ellas es mediante la alteración del hueso y el cartílago de la nariz, un cirujano plástico puede
remodelar la nariz mediante la eliminación de secciones de hueso o cartílagos o añadiéndolos a la nariz. El hueso y el cartílago también se pueden añadir a la nariz si se extraen de otra parte del cuerpo o ubicando un implante.
Es importante señalar que la incisión que se hace en el exterior de la nariz en una
cirugía estética abierta suele ser muy pequeña, la cicatriz resultante, si se cuida correctamente, puede llegar a ser casi invisible en el tiempo. Aún así, hay algunas personas que están muy preocupadas por las cicatrices. Además, hay quienes son propensas a la cicatrización, y cuya piel suele volverse más oscura o turbia en las
cicatrices. Para estas personas, una operación de nariz cerrada puede ser la mejor opción.
Si uno elige una operación de nariz cerrada o una rinoplastia abierta, es importante señalar que el procedimiento requiere anestesia general y que el tiempo de recuperación inicial puede tardar hasta un mes. El paciente puede experimentar
hinchazón durante unos seis meses, a veces más tiempo. También es importante tener en cuenta que una operación de nariz cerrada es que raramente cubierta por el seguro de salud.