Mas de bichos, esta vez en vez de animales de parques y zoos os dejo unas de mi chico de pelo.

El animalillo estaba abandonado en la calle lleno de suciedad y muerto de miedo. Recuerdo los primeros días que estaba en casa, durante mucho tiempo vivía con nosotros pero a distancia. Nunca estaba en la misma habitación que nosotros, si estábamos comiendo en la cocina, el estaba en el salón y cuando salíamos, el entraba a la cocina a comer.

Teníamos un perro pero a distancia. Poco a poco empezó a tolerar el estar en la misma habitación, pero alejado unos metros. Si levantabas la mano para rascarte la cabeza, el se agachaba con miedo, como si pensara que le ibas a pegar.

El tiempo fue pasando y con el aumentó su confianza. Ahora no hay quien se lo quite de encima. Cuando llego a casa del trabajo es el primero que viene corriendo por el pasillo loco de contento para saludarme.

Me siento en la cama para quitarme los zapatos y la ropa y el se sube a mi lado y empieza a meter la cabeza entre mis brazos para chuparme la cara y morderme la barba. Coge una pelota y viene a mis pies a empujarme para que juegue con el.

Nos quiere a todos con locura, es nuestro chico de pelo.







Saludos.