La medicina tradicional china recomienda el brócoli para tratar las inflamaciones de los ojos y la miopía.
También afirman que su sabor amargo le confiere propiedades diuréticas.
En occidente se afirma que desempeña un papel muy importante en la protección contra cánceres de pulmón, estómago, boca, ovario, mama, vagina, colón y próstata.
Es muy rico en distintas sustancias potencialmente anticancerígenas como índoles, glucosinolatos, beta caroteno y vitamina C.
El Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos lo ha clasificado en primer lugar en la lista de hortalizas con propiedades generales anticancerígenas, habiendo sido objeto de numerosas investigaciones cuyos resultados así lo certifican.
Como es una excelente fuente de hierro y beta caroteno, el brócoli previene la anemia, especialmente entre las personas que no consumen carne, como los vegetarianos.
Son muchas las mujeres que tienen reservas de hierro inferiores del nivel recomendado de 500 mg. Una porción importante de mujeres occidentales no tienen ninguna reserva de hierro, lo que puede ser motivo de una anemia completa y origen de un fuerte cansancio, la incapacidad de concentrarse y de trastornos del sistema inmunológico.
Investigaciones científicas afirman que el organismo puede absorber un tercio menos de hierro de las hortalizas que de las carnes rojas, a causa de unas sustancias (filatos) que bloquean la absorción de hierro. Se ha descubierto que el beta caroteno de las hortalizas ricas en hierro, como el brócoli, ayudan a superar este bloqueo y volver disponible el hierro.
Además, esta maravillosa verdura ayuda a reducir las infecciones infantiles, y sus fitonutrientes disminuyen los efectos cancerígenos del humo del tabaco. Al contener antioxidantes naturales que ayudan contra el daño potencial que produce el tabaco en las células de todo el organismo que es aparecido al envejecimiento celular que producen los radicales libres cuando es mayor la concentración de estos que la disponibilidad de antioxidantes en la membrana celular.
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