Los músculos de las piernas son otra historia. La fuerza o la fuerza de las cuerdas que hacen que aparezcan nuestros equipos depende de nuestros genes y de lo que hacemos con ellos. Llegaremos a la segunda mitad de esa ecuación (dieta, ejercicio, hábitos de sentarse en el sofá) más adelante, pero por ahora, una lección rápida de anatomía.
Todos tenemos los mismos músculos principales de la pierna: el cuádriceps, los isquiotibiales y los aductores forman los muslos, los tibiales anteriores debajo de la rodilla forman los músculos de la espinilla, y los músculos gastrocnemio y sóleo forman las pantorrillas.
Desde la pubertad, sus hormonas han estado indicando que las células de grasa se almacenan alrededor de su trasero y muslos, en última instancia, para ayudar a servir como energía de reserva para el embarazo y la lactancia. “Las mujeres tienden a engordar en partes muy específicas del cuerpo, principalmente desde la cintura hasta la rodilla”, explica Andrew Da Lio, MD, profesor y jefe de cirugía plástica y reconstructiva de la Universidad de California en Los Ángeles. La parte más común de esas partes es el muslo externo, dice, incluso si su tipo de cuerpo no es específicamente una forma de pera.
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