04-03-2011, 00:35 AM
jaja vaya tema, yo tengo bastantes, pero lo que es curioso es que cada persona tiene un sitio donde se hacen insoportables que otros aguantan perfectamente y al revés
mirad esta curiosa noticia
fuente: http://es.tendencias.yahoo.com/salud/%C2...yahoo.html
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Cita:¿Por qué no podemos hacernos cosquillas nosotros mismos?
En realidad es bastante lógico, ¿alguna vez lo habéis probado? ¡Es casi imposible!…
¿Nunca os habéis preguntado cómo es que una persona, por muchas cosquillas que tenga, al intentar hacérselas a sí mismo no consigue reírse?
La respuesta está en la capacidad de predicción de nuestro cerebro. El cerebelo, situado en la parte trasera del cerebro, responde a los movimientos motores de nuestro cuerpo y, cuando existe intención de hacer un movimiento, es capaz de predecir cómo será basándose en experiencias anteriores. Sin embargo, no podrá hacerlo cuando otro nos hace las cosquillas, porque siempre se da ese factor sorpresa de no saber dónde nos van a tocar o cómo nos hará sentir.
En 1897, los psicólogos G. Stanley Hall y Arthur Allin identificaron dos tipos de cosquillas: knismesis y gargalesis. La primera se produce por un estímulo ligero sobre la piel, puede autoprovocarse (con una pluma por ejemplo), o venir de otra persona o de un insecto que se pose sobre nuestro brazo; este tipo rara vez lleva a la risa. La gargalesis en cambio sólo se produce cuando son otros los que la provocan y es más desagradable, aunque incita a la risa.
El efecto de las cosquillas es, en realidad, un modo de protección contra ‘depredadores' y de hecho la mayoría de los mamíferos sufren una reacción semejante, con ese mismo propósito, aunque sin emitir la risa, lógicamente.
El University College de Londres comprobó lo siguiente en un estudio: cuando el sujeto trataba de hacerse cosquillas a sí mismo, las regiones somatosensoriales (las que dan información táctil y de placer al cerebro) permanecían menos activas durante las autocosquillas que durante las cosquillas realizadas por una tercera persona.
Intentar engañar al cerebro mediante el uso de algún objeto para hacernos cosquillas, nunca será tan placentero como si otra persona lo hace. Algunos experimentos han mostrado que las neuronas que responden al movimiento de las manos pasan a responder de la misma forma cuando se emplea ese utensilio, que el cerebro interpreta como una prolongación de la propia mano.
Como en cualquier estudio, se dieron excepciones, existen personas que sí pueden hacerse cosquillas a sí mismos. Por ejemplo, al parecer los pacientes con esquizofrenia pueden hacerlo debido a una sensación de no poseer el control de sus propios actos motores.
¿Y vosotros? ¿Alguno ha conseguido reírse por sus propias cosquillas?
fuente: http://es.tendencias.yahoo.com/salud/%C2...yahoo.html