Carine Roitfeld, editora del Vogue francés, parece que realmente quería crear polémica y no sabía cómo. Así que juntó a unas cuantas niñas de unos 8 años y las maquilló y peinó como a top models. No contenta con eso, las vistió con modelos de alta costura y las ha hizo posar como cualquier cosa menos niñas...
Quizás eso es lo que choca de estas fotos, que las niñas pretenden parecer adultas y hay algo muy desconcertante en sus miradas y posturas insinuantes. Desde luego no pretenden parecer pequeñas aspirantes a modelos que juegan a vestirse como sus madres... Parecen adultas, cuando les faltan exactamente 10 años para serlo legalmente.
¿Qué pretende la revista con este reportaje? A parte de provocar, ¿demostrar acaso que los grandes diseñadores manejan tallas tan pequeñas que las pueden llevar niñas? ¿Crear una nueva moda tipo viste a tu hija como tú y de paso gástate el doble en productos de lujo?
En fin, sea lo que sea, hay algo que no está bien en estas fotos... Y no hablo de la profusión de pieles de especies protegidas (que sería otro tema a tratar). ¿Qué opináis?
Su única pretensión es llamar la atención claro está.... pero lo podían haber hecho de otro modo, está claro que la infancia hay que protegerla, y que para todo hay una edad, los niñas pueden jugar a ser mayores, pero en sus casas...
Con todos los escándalos de pederastia y ahora vienen con esto... ¿Le gustaría a los padres de esas niñas que un pederasta comprara esa revista? No lo entiendo vamos...
Juegan demasiado con los niños, de todas formas en EEUU hay unos certámenes de belleza de niñas que a ver si encuentro fotos... porque telita... espero que no les empiece a dar por copiar aquí
Cita:04.03.2009
El reality show polémico del momento es “Little Miss Perfect” (“Pequeña Miss Perfecta”), recién estrenado en la cadena americana WeTV, que busca a la niña que mejor represente el canon de belleza actual.
Se trata de un concurso de belleza infantil donde las pequeñas aspirantes viven la experiencia de ser como una modelo adulta: largas sesiones de maquillaje, aprender a posar, desfilar con tacones, dibujar una sonrisa perfecta…
El programa trae a la memoria la película “Pequeña Miss Sunshine”, que ya reflejó con humor lo que esconden los concursos de belleza infantiles, muy populares en Estados Unidos.
El debate y las críticas a “Little Miss Perfect” no se han hecho esperar, con detractores que acusan en el foro del programa a los padres de las pequeñas concursantes de sufrir un “narcisismo tóxico” y de los posibles problemas psicológicos que pueden causar a sus hijas en el futuro.
Mientras tanto, "Little Miss Perfect" ha emitido tres episodios. En el primero, se enfrentaron dos niñas, de nueve y ocho años de edad por representar a Orlando en el certamen.
El segundo episodio enfrentaba a otras dos niñas, esta vez de cinco y de seis años de edad y donde se puede comprobar la competitividad por parte de las madres de las niñas intentando obtener la victoria de sus pequeñas.
Y aquí unos fotos "escalofriantes" de concursos de belleza infantiles:
Yo creo que sobre todo son las madres frustradas de que ellas en su día no pudieron ser y desean a toda costa que lo sean sus hijas, es decir, creo que algunos padres realizan sus deseos a traves de sus hijos porque ellos no pudieron...
Esto es como un padre que quiso ser futbolista profesional pero como no pudo, mete a su hijo a jugar al futbol y lo mismo al niño ni le gusta el futbol, pero por huevos el padre dice que tiene que jugar...
Vamos que no sé...es una reflexion que acabo de hacer para ver si lo entiendo aunque sea un poquito...
Yo tambien creo lo mismo porque no permitiria que uno de mis hijos o hijas ( cuando sea madre) sea utilizado para estas cosas los niños son niños y por lo tanto deben hacer cosas de niños, jugar en el parque etc... si estas niñas ya van asi a esa corta edad que haran cuando tengan 18 o 20,esos son los casos que vemos luego talentos estrellados, unas miley cirus o britney spears mas, pero lo cierto de todo esto es que detras hay una madre.. tia.. o tutora en general queriendo sacar a la estrella que nunca pudo ser